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Dijous, 25 de abril del 2024
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El rey felón

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Juan Carlos de Borbón empezó su infausta carrera, después de matar a su hermano de un certero disparo, poniéndose a disposición del dictador fascista y asesino que a la sazón aherrojaba España, colonias incluidas, con la pretensión de que le designara sucesor. Ninguna bajeza le fue ajena, incluida la felonía de ser proclamado rey por las Cortes fascistas mientras su padre, Juan III, vivía y no había abdicado, lo que le arrancó al cabo de los años. Mantuvo intacto el aparato de la dictadura y sus responsables, hasta que la presión popular e internacional le hizo imposible mantener la monarquía del 18 de julio. Juró los Principios Fundamentales del Movimiento, jamás ha jurado la Constitución.

Borboneó de inmediato intentando establecer un régimen semiautoritario, promovió golpes de Estado, y su fracaso le hizo prisionero de una voluntad democrática general que inteligentemente le presentó com un garante de la democracia que le atrapó en ese papel.

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Vinieron unas décadas de envolverlo en un respeto basado en la continua intimidación, censura, y compra de periodistas y de políticos, facilitada ésta por el inmenso patrimonio que por comisiones y favores se dedicó Juan Carlos a amasar, no sin abandonar a la prisión a sus sucesivos colaboradores y encubridores según estallaban los escándalos que su corrupción generaba.

Todo empezó a torcerse en los últimos años, cuando internet imposibilita el círculo de silencio mediático y las fábulas que le protegían, a él, a su patrimonio y métodos de conseguirlo, a su vida personal y sexual, a su familia disfuncional, y a su insondable estupidez y maldad. Los documentos de los paises extranjeros empiezan a desclasificarse, y nada puede hacerse para impedirlo.

La última peripecia de este asesino de elefantes y osos emborrachados ha sido ejercer un papel político beligerante en contra de las aspiraciones democráticas de quienes se supone que son su pueblo, el millón y medio de quimeras que nos hemos manifestado en Barcelona reclamando la independencia de Cataluña. ¿Alguien recuerda que los monarcas de Dinamarca actúen así contra la voluntad de independencia de Groenlandia o las Islas Feroe, o en su tiempo de Islandia? ¿Lo han hecho los de Bélgica contra Flandes? ¿Los monarcas británicos han sido beligerantes contra la independencia de Canadá, Australia, o Escocia?

No es casual que los brasileños entronizaran un emperador de la Casa real portuguesa, que docenas de Estados independientes mantengan como Jefe de Estado a la Reina de Inglaterra, pero que ningún Estado independizado de España haya mantenido a su rey. Es el sino de España y de sus reyes, incapaces de admitir la voluntad democrática de independencia y sólo conocedores de la amenaza, el insulto, y la represión, como métodos para mantener lo que ellos llaman España unida.

Escribí hace 5 años en este diario: “Intentamos de buena fe una corrección del expolio fiscal, el dominio político y la discriminación económica y cultural. Tendimos la mano para sólo recibir insultos, boicots y engaños, y un Estatuto que no se aplica ni cumple, pues este Gobierno español, como los anteriores, no tiene por qué cumplir la ley cuando afecta a Catalunya. No pasa nada, ya lo avalarán como siempre los Tribunales Supremo y Constitucional, que para eso los nombran el PP y el PSOE. Se equivocan: bloqueada bajo España, maltratada en España, insultada por España, harta de España, a Catalunya sólo le queda un camino: la independencia.

España tiene mucho a ganar con un Estado catalán, perdería un miembro descontento y problemático pero ganaría un buen vecino y amigo, y podría superar los bloqueos que sufren las libertades y la democracia por causa de una estructura institucional concebida y practicada para asegurar el dominio de una mayoría nacional española sobre las minorías nacionales. Como ya advirtió Burke, es ese dominio la causa de las mayores corrupciones del orden constitucional.

Dijo Azaña que para mantener España unida había que bombardear Barcelona cada cincuenta años, método que calificaba de bárbaro pero efectivo. Los bombardeos ya no son posibles, y España no ha aprendido en su lugar el método de ganar la adhesión cordial e interesada de los catalanes. En el fondo, tanto da. Se ponga como se ponga, la independencia de Catalunya es ineluctable e inevitable. Mene Tequel Parsin. Ha empezado la cuenta atrás.”

Españoles, quedaos con vuestro rey, con su familia, y con su heredero, de quien el Marqués de Mondéjar, ex Jefe de la Real Casa, dijo en un brindis en mi presencia en Madrid en el año 2002: “Agradezcamos a la Providencia habernos dado un Príncipe que ha heredado toda la inteligencia del padre y toda la simpatía de la madre.” Que os aproveche.

Article publicat a Público el 19 de setembre de 2012

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