Desde el comienzo de la crisis, en España han cerrado miles de empresas.
Según estudios realizados por la Escuela de Negocios, la hostelería es uno de los sectores más afectado por el cierre de empresas. Desde el inicio de la crisis cada año desaparecen el 20% de las empresas sobre todo mini pymes de telecomunicaciones, hostelería y restauración. Tomando como referencia el 2011 el informe apunta que las empresas sin asalariados tienen una tasa de supervivencia del 76% inferior a la media, un 16% de las empresas entre uno y nueve trabajadores no sobrevive. Las empresas con más de 10 asalariados, su tasa de supervivencia es muy superior a la media, un 94'3%, entre 10 y 19 trabajadores y el 96'7% cuando hay más de 20. Las víctimas de la crisis son en realidad los trabajadores, que se han quedado sin trabajo, los jóvenes, que no encuentran, autónomos que han cerrado sus negocios. Los trabajadores se empobrecen y con ello sus condiciones de vida y sus expectativas para el futuro, si actualmente se está trabajando es con un trabajo precario o con un contrato basura, quienes no trabajan viven de los subsidios y quien no tiene subsidio vive de la solidaridad de amigos o familiares. Otras grandes víctimas, los jóvenes, víctimas de una crisis social, económica, hay grandes dificultades para integrar a los jóvenes trabajadores y su futuro es incierto. Los trabajadores por cuenta propia, otro gran sector afectado, han cerrado sus negocios, se enfrentan a unas perspectivas más austeras que los demás, la prestación por desempleo, dos meses de paro por año trabajado hasta un total de seis meses, pocos autónomos han pagado para esta prestación.
Si miramos a nuestro alrededor, cada uno de nosotros forma parte de las víctimas de la crisis.
Jimmy Garrié
