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Dijous, 28 de març del 2024
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“Crisis de Estado”

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“Estamos a las puertas de una crisis de Estado”. Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Lider socialista español.

Contundentes palabras planteadas por el secretario general del PSOE hace unos días, pero de incuestionable realidad como se aprecia en cada jornada que pasa,  distinguiendo el peso de la verdad en su reflexión. Singular mensaje viniendo del líder de unos de los dos grandes partidos estatales que están en contra del plebiscito del 9N. Percepción de un político totalmente en contra del acto de la consulta, pero que visiona como el estado español puede entrar en barrena del caos político, en un despropósito y afrenta sobre un panorama sin igual del que se tenga constancia en la vieja Europa. Parece que el gobierno de España esté dispuesto a superarse en la nefasta gestión sobre la situación de crisis de estado que le está rebasando y sobrepasando en todo, y crea que solo con la negación a cualquier intento de acercamiento a la realidad, ya lo den por apropiado y justo. Pero el asunto se le está enquistando de una manera activa y única con cada expresión que avanza en el camino hacia esa fecha de otoño. La voluntad serena y aplacada del Reino Unido para que Escocia haya votado con total democracia y libertad, a ojos de Europa y el mundo, deja a este gobierno en evidencia sobre su talante absolutista. La Unión Europea se constituyo para la unificación de los pueblos en una Europa sin barreras. No para que los estados integrantes de la misma pudieran aprovecharse de lo que a bien ellos dispusieran de forma totalitaria.
 
Ahora le cae a plomo la Ley de Consultas Catalana, que en un pleno extraordinario aprobó este viernes el Parlamento catalán con los votos a favor de CiU, ERC, PSC, ICV y CUP, y en el que sólo PP y Ciutadans se opusieron. En un total de 106 votos a favor y 28 en contra. Ley que abre las puertas a esos comicios de una manera lógica y natural para una votación que legalmente no sería vinculante. De ese pleno subrayaría el turno como representante de CiU, a Josep Rull, por su contundencia de esa realidad. Reiteró que el 80% de los catalanes quieren votar, indiferentemente de lo que finalmente voten. Reclamó que el Gobierno español ya anunció que pondrá en marcha todos los mecanismos sin excepción para impedir la consulta, antes incluso de saber qué dice la ley, dejando claro que la impugnarán. Una ley que no vulnera ni tiene intención de vulnerar la Constitución. “Hay una obsesión para impedir que los catalanes podamos opinar”, clamó. El dirigente convergente reemprendió luego su discurso con el tono épico que Artur Mas imprime a sus intervenciones sobre el proceso: “No pediremos permiso ni perdón. Queremos decidir nuestro futuro. No es ninguna quimera. Queremos estos derechos porque los catalanes sabemos como nadie qué es no tenerlos”, enfatizó. Y acabó citando a Víctor Hugo: “Ningún ejército puede parar una idea a la que ya ha llegado su hora. Una inmensa mayoría de catalanes decidimos que ha llegado la hora de la democracia y de la libertad y por eso somos, seremos, imparables”. Si este gobierno no entra en razones sobre la evidente realidad que nos rodea, como parece que sí hace en este caso el líder socialista, si sigue actuando de la manera más antidemocrática de la que siempre ha hecho gala y de la que está tan orgullosa, ahora a ojos de todo el mundo, no va a tener una crisis de estado, sino lo siguiente…

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JL Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado

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