“No son amenazas. Son advertencias” José Manuel García-Margallo. Ministro de Asuntos Exteriores español, el 23 de octubre del 2015, en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
Semana que acaba en la línea de las ultimas y que por habituales no dejan de ser menos perversas, violentas y facciosas contra la democracia. Hay que intervenir cuando la palabra se convierte en artimaña, y más aún cuando ese término trata de enredar y confundir a la ciudadanía por parte del líder de un país que se declara democrático. El vacuo y presuntuoso discurso de un jefe de Estado que dice hablar para todos sus ciudadanos en este caso redactado por el mismo, con o sin casa real, (teóricamente lo hace sin el gobierno de turno en los Premios Princesa de Asturias y en el 'mensaje' de Navidad), no hace más que intentar enredar sobre el ‘conflicto catalán’, como ellos lo llaman.
Hacer una llamada a la unidad de España y animar a los españoles a alejarse de los que “nos separa y debilita”, durante su discurso de clausura de los Premios Princesa de Asturias, es justamente no entender ‘el problema catalán’ porque eso es justamente lo que quiere Catalunya, alejarse de lo que nos separa y debilita; España. Palabras como, “apartémonos, especialmente, de todo lo que pretenda señalar, diferenciar o rechazar al otro” es el acto reflejo que tiene España contra todo lo que se perciba como catalán. Siempre presumen de lo que carecen. Por eso no pueden esperar otra respuesta de los catalanes con un mínimo de sentido común, que no sea el sentimiento de querer alejarse. Ya no se fían de ningún discurso vacio, es más, ni prestan atención. Por eso lo de discurso vacuo o frívolo, solo lo escucha una parte, la que se lo cree o quiere creer de forma unidireccional, sin feedback.
Y después de línea siguen para bingo. La psicopatía de Mariano Rajoy contra el independentismo catalán ha llegado este viernes a la ONU. La Asamblea General de Naciones Unidas tiene previsto, a petición de España, aprobar una declaración que reafirme el compromiso de los firmantes con los principios del organismo en su 70 aniversario, incluyendo con el de la integridad territorial. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha asegurado antes de pronunciar su discurso ante el plenario en una rueda de prensa, que “no es una amenaza, es una advertencia“, el decir que “Madrid quiere que todo el mundo sepa las consecuencias y el costo de las acciones“, intimidando con que “una declaración unilateral de independencia, en Catalunya o en cualquier otro lugar, no conseguiría el reconocimiento de la ONU y quedaría fuera del sistema de Naciones Unidas, incluido el FMI“. Lo dicho, ya no sé sabe de donde no se quedará fuera Catalunya con estos de la 'unidad'. Cualquier día algún iluminado confabula para pedir que Catalunya se quede fuera del Mediterráneo y de los Pirineos. Y no es una amenaza, es una advertencia…
J L Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado
