Todo aquel escéptico que haya tenido dudas sobre si el procés iba a deparar en algún cambio sobre Catalunya, ahora lo ve de otra manera. Tras los últimos acontecimientos de esta semana, solo falta por saber cuándo se va a formalizar la desconexión con España en forma de Catexit, por hacer una especie de sinónimo con el Brexit, y qué se tardará en formalizar definitivamente la Repúbica. Solo es cuestión de tiempo que se empiece por ese Catexit, hasta alcanzar una República.
Esta aseveración viene dada porque ya no hay marcha atrás. Ni el Estado español sabe hacer otra cosa que no sea reprimir, sea con la policía, sea judializando la política, ni Catalunya está dispuesta a más abusos de poder, ni a esas represalias. La no-política ha llevado a esto. La multi-encarcelación de estos últimos días ha quitado las últimas marcas del camino para una hipotética vuelta atrás, en no se sabe que posibles negociaciones, que aún creían algunos.
Al Gobierno se le agotan las bazas que disponía y no tiene capacidad de generar otras nuevas que le sean tan cómodas. Ni la prensa internacional, ni los países europeos o de mar allende que le son/eran históricamente cómplices le apoyan abiertamente. Si bien el Gobierno alemán de la canciller Angela Merkel no intervendrá en la decisión que tomen las autoridades judiciales sobre la petición de extradición a España, según información del semanario Der Spiegel, al alegar que se trata de un asunto interno español. La izquierda e incluso la poderosa ultra derecha, piden que se libere al legítimo president catalán y se le otorgue asilo político. A los ‘socios’ alemanes pues, les han entrado las dudas. Debe ser por eso que han activado la compra de más aviones. Habría que pagar los favores.
E igualmente dentro del Gobierno ya no se está todo lo cómodo que se estaba antes. Las movilizaciones de los Comitès de Defensa de la República o CDR, han abierto una vanguardia de resistencia que a bien que aprieten dejará tocado al inmovilismo político central. Ahora ya les parece que defenderse de sus propios atropellos fascistas, es acosar. Se trata de dejarse vejar para ser constitucionalistas. El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, asegura que “acosar” a quienes no comulguen con el independentismo es “violencia” e intentar imponer un proyecto excluyente “no es democrático”. Lo grave no es que lo diga, lo peligroso es que se crea eso que dice.
La sociedad de un país avanza porque tiene un objetivo común y no porque tiene objetivos divergentes. La España de la Constitución del 78 nunca ha estado tan lejos como a día de hoy, entre otras cosas por sus ansias de represalia, lo está de Catalunya. Quizás haya hecho falta el 1-O (los referéndum del pueblo -que era el que más lo reclamaba y son tan culpables o más, que los presos políticos– jamás pueden ser ilegales) para que a cada uno se le haya visto la cara sin maquillaje.
Cada uno que interprete esa vetusta Constitución como quiera. Muchos catalanes no habían nacido cuando se constituyó y tienen el derecho moral a poner en duda su validez. En cualquier caso habrá que recordar de nuevo que el dictamen del Tribunal Constitucional no calificó el referéndum del 1-O de ilegal, sino que lo suspendió. En la sentencia del TC se suspendió la ley del referéndum en Cataluña para que no se pudiera llevar a cabo. En absoluto se refirió al referéndum como ‘ilegal’ per sé. La población salió a votar democráticamente y recibió la salvaje respuesta del Estado.
A pesar de eso el sí a La Republica fue la que más votos saco. De ahí su proclamación y lo que todos sabemos. El nulo posicionamiento político y la llegada de la salvaje represión. Diferentes políticos españoles aseguraron que se cumplían las condiciones para activar el artículo 7 del Tratado de la UE en España tras, “la violencia policial” en Catalunya, que pretendía impedir el referéndum del 1-O. Un artículo que contempla incluso la suspensión del derecho de voto de un país en el Consejo de la Unión Europea. Ahora la situación se ha Internacionalizado gracias a esa continua represión antidemocrática que ya es catalogada de fascista.
La presión y las amenazas continúan. Se intentará criminalizar a quien esté en contra. Nadie con un mínimo de decoro puede reclamar que los CDR, simples ciudadanos, actúen y sigan actuando de forma pacífica pero enérgica. Como callan sibilinamente cuando en forma de salvaje vendetta boicotean a todo lo catalán. A pesar, o gracias, a tanto despropósito nadie es ajeno ya a una República catalana. Según el politólogo madrileño Ramón Cotarelo a elMón, “La República Catalana ha reventado las costuras del Estado”. “A corto, medio o largo plazo, pero la República Catalana es inevitable”…
JL Herrera Vega
Ciéncies de la Informació i la Comunicació
El Comunicado
