Esta semana ha quedado latente que a España se le aproxima un panorama ciertamente desolador. La ciudadanía está admitiendo que su estado de derecho está muy torcido. La política de gobierno no existe, la justicia está sometida a él y no deja ya indiferente a nadie en sus veredictos. Lo penúltimo, el lamentable espectáculo en la resolución del juicio a ‘la manada’. -El gobierno ha encargado a una Comisión revisar los delitos de agresión y abuso sexual en el código penal. Esta está constituida por veinte hombres y ninguna mujer- Los derechos sociales cada vez lo son menos, ahí están las pensiones. Se van tapando las miserias “por el bien común” según se cubren los intereses partidistas de la formación política de turno en el poder.
El Congreso ya es menos que nunca el lugar de debate de consenso de y para todos. La derecha y la izquierda van unidas en un pensamiento unidireccional digno de otras épocas. Estos han hecho de su capa un sayo para ver quién es más español o anticatalanista, que vende lo mismo. Entre las fuerzas de seguridad ya impera la ley del más fuerte. El Senado que lleva décadas devorando dinero de todos sin aportar absolutamente nada, solo ha actuado con celeridad para hacer cumplir el art. 155 de una Constitución que no refleja la realidad de la plurinacionalidad existente.
Esta es una España que se mueve triste y desconfiada en muchos puntos de su geografía por el futuro que les espera. No es solo en Catalunya, pronto habrá fuertes reivindicaciones en Euskadi y la disolución oficial definitiva de ETA ayudará a ello. E igualmente se están imponiendo criterios de cambio en las Baleares o en Valencia. Los ciudadanos de aquí, y cada vez más de fuera, son testigos del crecimiento de un vergel de inmoralidad política sin una pizca de honradez ni humildad, sin un atisbo de seriedad democrática, o un gesto de coherencia en el trato a Catalunya. Por eso se amplía los que se suscriben a parar esa tropelía y abuso que no lleva a ninguna parte.
El servicio de estudios de BBVA advertía hace solo unos meses en su informe “Situación España” que el PIB español podría caer hasta en 1,1 puntos o más al final del 2018, o lo que es lo mismo, hasta 12.000 millones de euros, si la ‘crisis’ de Cataluña persistía. Nadie duda ya que esto no ha hecho más que empezar. Ahora a fuego lento, al más estilo ‘chup-chup’ culinario, que es como mejor salen y saben las cosas. Catalunya sabe que tiene en La República una solución real a lo que quiere ser y estar, fuera de esa ‘situación' del informe. Pero, ¿a dónde va España?
España está arruinada para cincuenta (50) años, mínimo. El Estado en su apartado económico, o lo que es lo mismo, el gobierno español y su la clase política, junto al caudillaje financiero del Ibex 35, son los que han decidido el modelo de la España que ha de imperar en la actualidad, mientras se pueda. Para ello siguen expoliando a sus ‘compatriotas’, sangrando a su ciudadanía. El gobierno con los impuestos más altos de todos los tiempos, los terceros más altos de la OCDE. Y los otros como mejor rentabilicen las puertas giratorias, por ejemplo con las energías de consumo doméstico más caras de la UE. Con los chanchullos entre gobierno y empresas privadas, utilizando el dinero del contribuyente para pagar las inversiones en extracciones de gas fallidas, sufragando los rescates de autopistas deficitarias, o reflotando bancos en quiebra para seguir en la rueda del hámster marca España.
Por eso el Procés sigue muy vivo. El conocimiento es dolor, cuanto más sabe alguien de lo que le influye o le rodea, más se hace partícipe de ello, provocándole preocupación y molestia por la responsabilidad adquirida. Cosa que a los ignorantes o complacientes no les pasa de igual manera. Catalunya no es condescendiente aunque vaya contracorriente. Por eso va a ser inflexible con su posición. Es España la que no sabe dónde va y es Catalunya, por esa responsabilidad adquirida, la que sufre las consecuencias. Si no hay Govern no es culpa de quien tiene que formarlo. Habrá President/a. En cualquier caso, desde el 1-O ya nada es lo mismo. Desde la reclusión y el exilio de los diferentes representantes ciudadanos, nada va a ser ya en balde…
JL Herrera Vega
Ciéncies de la Informació i la Comunicació
El Comunicado
