“Chaqueteros y ramplones, en cada pueblo, montones”. (Anónimo)
Semana de grandes teatralidades en el escenario de la política estatal. No importa quien ganara el debate televisado de los ‘cuatro’, con el bipartidismo tan instaurado en las entrañas del estado, estos acomodados no cederán el paso a los de la ‘nueva política’ a las primeras de cambio. Resaltar a Podemos como el vencedor moral no significa mucho porque se antoja dificil que como joven partido, sea suficiente para alcanzar la presidencia del gobierno con una mayoría absoluta sin pactos. En cualquier caso Iglesias tuvo el valor o el detalle propagandístico de decir que en caso de ganar o tener que pactar, habría referéndum en Cataluña sine qua non para formar dicho gobierno. Como campaña en el circo mediático o pan para los pobres está bien, pero veo inverosímil esa aseveración ya que el bipartidismo le haría la vida imposible con los pocos escaños que pueden lograr. Y sin ser escéptico, Catalunya no está para perder el tiempo con esos golpes de moralina de campaña. Ahora no hay debate que no se la nombre, unos para ningunearla delante de sus acérrimos afiliados, otros para poner voluntad en aparentar entender el ‘problema catalán’, que no me parece mal, pero aburre.
Se aprecia con nuestra sociedad sumergida en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) donde llegamos a toda la información al instante y podemos opinar, que el electorado sobre todo el más joven, se está desestructurando progresivamente de los estándares en el modo de elegir a su partido político, siendo estos votantes más impulsivos o irreflexivos a la hora de posicionarse. Esto deja a los medios de comunicación más espacio para fijar las agendas y exigir un esfuerzo electoral mucho mayor a partidos y candidatos. Así. observamos expectantes con estas próximas elecciones del 20D si nos encontraremos con una nueva forma de comportamiento electoral más contingente, con un tipo de votante cuyas opciones parecen cada vez más accidentales o incluso fortuitas. Yo los llamo ‘electorales volátiles’, porque pululan a través de los medios de comunicación de masas para aterrizar en las redes sociales sin posarse firmemente en unas ideas. –Sin ser análogo, en otros tiempos si estaban afiliados se les llamaba chaqueteros– (cambiar de formación por interés). Entre unos y otros anda el procés.
Si queremos ver un ejemplo más esclarecedor o próximo de esos arrebatos vehementes a la hora de elegir un partido político con fondo y forma para preocuparse en una mejora social, económica y moral para su territorio, que alguien intente reflexionar con la decisión de Quim Arrufat, exdiputado de la CUP. Según sus palabras si vota en estas generales lo haría para Podemos, aunque también tendría sentido votar a ERC, que la criticá por haberse presentado a los comicios “de forma unilateral” y de romper así, según él, la coherencia de la estrategia de los independentistas. Que no es el caso. Si defiende la autodeterminación para su pueblo Catalunya, ese no es camino Arrufat, eso jamás lo expondrían los partidos unionistas españoles. Es preferible que aconseje a un par de tránsfugas ocasionales de su formación a votar sin complejos donde hace falta, que así ayudará a formar gobierno de una vez en su 'estimat' país. Esa desestructuración sorprende incluso a los que intentamos exponer la información de forma neutral (nunca se consigue porque siempre habrá diferentes puntos de vista y asuntos que nos influyen directamente como a todos) no sin dejar de verlo ya como algo habitual últimamente…
J L Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado
