Con el gobierno de esta España se cumple aquella máxima de Grouxo Marx que dice; la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
La Cámara de representación del pueblo de Catalunya ha dicho basta a esa justicia politizada. El Parlament, en concreto la Mesa a petición de su President Roger Torrent, han aprobado presentar una querella contra el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena Conde. Aun a sabiendas de la dificultad del caso por parte de los letrados, la injusta situación actual da pie a esa demanda por prevaricación.
Gracias a la mayoría independentista que la Cámara del Parlament posee, en una reunión extraordinaria, Torrent ha puesto sobre la mesa dicha iniciativa. Después que este Juez de raíces Republicanas prohibiera salir de la cárcel a Jordi Sanchez para participar en el pleno de su investidura, como President de la Generalitat, que ha sido desconvocado.
Pero no solo va a ser este vanidoso –él opina lo contrario- y desbocado Juez al que se le va a interponer una querella. Las posibles demandas también están abiertas a todos los magistrados de la Sala Penal del Supremo. No es menos objetivo y justo el hecho de estas denuncias, como saltarse la ley impunemente por parte de esta Sala, habiendo jurisprudencia con el caso de Juan Carlos Yoldi, preso de ETA. De candidato de HB, a posible Lehendakari, que llegó en furgón policial con permiso penitenciario al pleno de investidura en 1987, y la autorización de esa misma‘Justicia’.
El Parlament apela a la justicia española, mientras Mariano Rajoy, ha recordado que la querella aprobada por la Mesa del Parlament contra el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena puede constituir un delito de malversación si la paga la Cámara autonómica. Por eso ha instado al President Roger Torrent, a designar un candidato “que esté en condiciones de gobernar y cumpla la ley como hace cualquier ciudadano”.
Las pretensiones de ‘colocar’ a un candidato al gusto del partido político del Gobierno, que no ha tenido ni representación a la hora de elegir o no a Jordi Sánchez como candidato, hace de esta situación más vergonzosa y antidemocrática si cabe. Intimidar para que sea el PP el que decida quien ha de ser el futuro de President de Catalunya, es para que esa demanda, si no llegara a prosperar, continúe en otras instancias europeas de mayor talante democrático y clara separación de poderes, aunque se haya elegido a otro candidato.
España y sus símbolos son especialistas en la farsa, la artimaña y la confusión. Sean el ámbito de la justicia, o como ahora en el caso de este magistrado empadronado en Sant Cugat del Vallés, el deporte como hemos vuelto a ver esta semana, o la política. Los currículums de los políticos españoles son otra muestra más de ello.
Lo dijo Abraham Lincoln; se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo…
JL Herrera Vega
Ciéncies de la Informació i la Comunicació
El Comunicado
