Con la mirada puesta en las elecciones autonómicas vascas de este otoño de 2016, Podemos asegura que celebrará un Aberri Eguna, -día de la patria vasca que se convoca anualmente en el Domingo de Resurrección en los territorios de Euskal Herria y la diáspora repartida en el mundo entero- “inclusivo” anunciando dos cosas fundamentales para el País Vasco: la defensa del llamado “derecho a decidir” y el blindaje de los derechos sociales.
La formación liderada por Pablo Iglesias, que acaba de renovar su dirección en Euskadi tras la dimisión de la anterior ejecutiva, defiende que ni es nacionalista ni independentista. Simplemente, su participación en una celebración ligada tradicionalmente al nacionalismo, que además rechazaba la anterior dirección, puede ser interpretada como un guiño hacia los postulados más identitarios, toda vez que Podemos esta pisando los talones al PNV, según el último Euskobarómetro.
El último sondeo recoge una estimación de voto que arroja un Parlamento Vasco muy fragmentado donde el PNV sería la fuerza mayoritaria con 22-23 escaños; a poca distancia de Podemos que se situaría como segunda fuerza política con 19-21 escaños. La difusión del partido morado por la defensa de un referéndum de independencia en Euskadi es otra de las claves en forma de promesa junto a la política social de que Podemos haya arañado tanto terreno a la izquierda abertzale, y uno de los ejes en los que centrará su estrategia electoral de este próximo otoño. Su apuesta es una consulta vinculante, si el Parlamento Vasco así lo decide, que debería ser pactada con el Gobierno español. -algo ficticio en estos momentos- Iglesias defiende una consulta de independencia en Euskadi, al estilo de Escocia o Canadá, así como el acercamiento de presos de ETA. Donde la izquierda abertzale volvió a emplazarle a que se sume a un frente independentista.
Ante tanta propuesta ‘identitaria vasca’ del partido morado, que le hace estar como segundo en las encuestas, la izquierda abertzale busca en el partido emergente un compañero de viaje para la independencia de Euskadi. El propio Arnaldo Otegi fue el primero en emplazarlos a “poner en marcha procesos constituyentes” y hasta el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, insistió en tender la mano a Podemos. “Solo se pueden asaltar los cielos desde la independencia”, dijo Barrena en clara referencia a la frase acuñada por los fundadores del partido de Iglesias como metáfora de su conquista del poder: “El cielo no se toma por consenso, sino por asalto”.
Es posible que el vestigio que la reclusión haya podido dejar en Otegi empiece a atisbarse, pero es tanto como una estrategia. Se percibe un discurso más social, menos apego al mensaje por los presos y ETA y un proyecto soberanista renovado y en nueva construcción, de abajo arriba. Hace unos días Otegi se dirigió a sus bases en Anoeta con un “quiero escucharos”. El efecto Podemos en sus filas, les ha podido hacer reflexionar y Sortu y sus afines apuntan ya hacia una ‘podemización’ de su mensaje. Pero el partido de Iglesias, que aún no tiene candidato para los comicios, no ve en Otegi un rival electoral serio. “Nuestro objetivo claro es desalojar al PNV del Gobierno vasco. Lo que se plantea electoralmente es un enfrentamiento por la primera posición entre el PNV y Podemos”. También nosotros queremos escuchar a Euskadi. Estaremos atentos…
J L Herrera Vega
Ciències de la Informació i de la Comunicació
El Comunicado
